A una semana del reinicio de la Copa Libertadores de América, los cinco equipos argentinos están en clara desventaja deportiva con respecto a sus rivales tanto en preparación física como en rodaje futbolístico.

River, subcampeón de la última edición de la máxima competencia sudamericana, visitará el jueves a las 19 a San Pablo en el estadio Morumbí.

El “millonario” no se presentó a jugar la primera fecha de la extinta Copa de la Superliga, por lo que su último partido oficial fue el 11 de marzo cuando goleó a Binacional, de Perú, por 8-0 en el estadio Monumental por la segunda fecha del grupo D.

Si se tiene en cuenta la formación que utilizó el entrenador Marcelo Gallardo aquella noche, el equipo sufrió las bajas de tres jugadores suplentes: el colombiano Juan Fernando Quintero e Ignacio Scocco, quienes seguirán sus carreras en China y Newell’s, respectivamente, y del delantero Lucas Pratto, por lesión.

El “Muñeco” tiene planeado utilizar dos equipos distintos para afrontar la reanudación de la Copa Libertadores que constará de tres partidos entre el 17 y el 30 de septiembre.

Luego de una preparación con complicaciones por las fisuras que tuvo la “burbuja” sanitaria, la delegación del “millonario” planea viajar el próximo martes por la noche a San Pablo en un vuelo chárter.

La intención del cuerpo técnico es ultimar detalles tácticos del equipo con una práctica formal de fútbol que podría realizarse entre mañana y el sábado.

San Pablo, además, es el equipo con más rodaje del grupo ya que volvió a los entrenamientos el 1 de julio y entre el torneo paulista y el “Brasileirao” habrá disputado trece partidos.

Boca Juniors, el último campeón del fútbol argentino, será el representante que retornará a la actividad con más desventaja deportiva tras el brote de contagios que afectó a un total de 22 futbolistas.

La primera tanda de jugadores que dieron positivo de Covid-19 ya pudieron volver a los entrenamientos en el predio del club en Ezeiza y hasta el momento el cuerpo técnico cuenta con 25 profesionales a disposición.

A esto se suma que todavía es una incógnita la presencia del entrenador Miguel Ángel Russo el próximo jueves, a las 21, en el estadio La Nueva Olla, de Asunción, para enfrentar a Libertad, el equipo del riojano Ramón Díaz.

El DT es doble paciente de riesgo y tomará la decisión en los días previos al viaje. En su lugar podrían estar los ayudantes Leandro Somoza y Mariano Herrón.

El primer equipo argentino que saldrá a la cancha será Racing Club, que el próximo jueves desde las 17 recibirá a Nacional, de Uruguay, por el grupo F.

El equipo dirigido por Sebastián Beccacece jugó el último partido oficial el pasado 15 de marzo en Mar del Plata, ante Aldosivi, por la Copa de la Superliga.

Poco más de seis meses después, la “academia” afrontará uno de los partidos más difíciles de la zona con una pretemporada de cinco semanas completas, tres menos de lo que pedían los preparadores físicos luego del largo e inédito receso por la pandemia de coronavirus.

En el medio de la preparación, Racing tuvo que sortear varios contratiempos como las lesiones musculares del delantero y capitán, Lisandro López, y el mediocampista paraguayo Matías Rojas.

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La mala será la baja del lateral derecho Iván Pillud, quien dio positivo en Covid-19 el martes pasado junto al juvenil Lucas Núñez.

Si bien fue uno de los primeros planteles en ampliar los grupos de seis a diez jugadores en los entrenamientos, Beccacece todavía no pudo armar ningún ensayo formal y tampoco recibió la aprobación para jugar amistosos.

A unos veinte kilómetros de Avellaneda, en el estadio Norberto “Tito” Tomaghello de Florencio Varela, Defensa y Justicia recibirá Delfín, de Ecuador, a las 19 por el grupo G.

El equipo que conduce Hernán Crespo es uno de los más complicados, ya que ocupa la última posición luego de las derrotas ante Santos, como local, y Olimpia, en Asunción, en su último encuentro oficial.

El “halcón” tuvo once salidas el pasado 30 de junio y para equilibrar el plantel incorporó a los delanteros Ciro Rius, Braian Romero y Gabriel Hachén y como habitualmente sucede apostó por dos juveniles como Enzo Fernández y Franco Paredes, ambos proveniente de River Plate.

Además, el arquero Ezequiel Unsain sumó competencia con la llegada de Marcos Ledesma, de Quilmes, y el regreso de Diego “Ruso” Rodríguez.

El último partido de los equipos argentinos comenzará el jueves pero terminará el viernes ya que Tigre visitará a Guaraní desde las 23, en el estadio Defensores del Chaco de Asunción.

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El “matador”, único participante de la segunda división del fútbol argentino, también tuvo una pretemporada con inconvenientes, ya que en el inicio tuvo casos positivos como el delantero Diego “Cachete” Morales, uno de los referentes del equipo de Néstor Gorosito.

Los de Victoria protagonizaron una “burbuja” sanitaria en la zona norte bonaerense que, salvo la detección de tres positivos (el juvenil Brian Leizza y dos integrantes del cuerpo técnico), tuvo el resultado esperado, aunque la imposibilidad de disputar amistosos complicó los planes del cuerpo técnico.

“Pipo” sumó nueve refuerzos -el retorno de Román Martínez y el arribo de Pablo Magnín, goleador de la Primera Nacional, entre los más destacados- y finalmente consiguió la continuidad de Juan Ignacio Cavallaro para conformar un plantel que tuvo un éxodo importante a mitad de año.