El Barcelona con Lionel Messi en cancha fue vapuleado por el París Saint Germain, dirigido por Mauricio Pochettino y con Mauro Icardi y Leandro Paredes de titulares, que lo goleó por 4 a 1 en el mismísimo Camp Nou por la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de Europa.
La revancha se jugará el miércoles 10 de marzo, a las 17 hora argentina, en el Parque de los Príncipes, en París.
La goleada del PSG se cimentó con el triplete de Kylian Mbappé (31m. PT; 19 y 40m. ST) y el restante de Moise Kean (24m, ST); después de que Barcelona se pusiera en ventaja por un penal convertido por Messi (27m. PT).
El PSG no contó con el argentino Ángel Di María ni con su máxima estrella, el brasileño Neymar.
El encuentro tuvo ribetes especiales por varias razones. Una, porque Barcelona, después de haber caído eliminado en las cinco temporadas anteriores y con la máxima goleada sufrida en su historia por 8 a 2 ante Bayern Munich en cuartos de final de la temporada pasada, fue en busca de la rehabilitación en esta competencia, la que no pudo encontrar al ser humillado otra vez.
Otra, se debió a que frente al mismo equipo alemán el PSG cayó en la final por 1 a 0, por lo que ahora llegó con la pretensión de un resultado positivo para dar el primer paso a cuartos de final para continuar con su sueño de lograr su primera Champions League, lo que finalmente logró.
Además, los franceses buscaban revancha del último enfrentamiento con el ‘Barsa’ de la temporada 2016/17 cuando, también por octavos de final, quedó eliminado por un 6-1 en contra en la ciudad catalana después de haber vencido 4-0 en la ida en París, y vaya que la encontraron.
Sumándole el sumo interés del PSG por llevarse en julio próximo a la máxima joya de los catalanes, el astro Messi, después de que venza su vínculo con el ‘azulgrana’.
Con esos condimentos se desarrollaron las acciones intensas y entretenidas, que se fueron tornando en emotivas desde el momento en que el equipo local se puso en ventaja por el penal convertido por Messi (27. PT), con remate al ángulo izquierdo del arco de Sergio Rico.
La sanción se debió por una falta de Layvin Kurzawa ante una entrada de Frenkie de Jong y que a esa altura justificaba la diferencia al mostrarse el conjunto del neerlandés Ronald Koeman con una leve superioridad sobre los de Pochettino.
Tardó algunos minutos el representativo galo en reaccionar, pero al tomar el predominio del mediocampo el volante del seleccionado argentino Leandro Paredes, junto a Marco Verratti, sumado a las apariciones de Kylian Mbappé y el buen acompañamiento del connacional Mauro Icardi, no extrañó que llegara a la igualdad.
Para eso puso su sello Mbappé con una maniobra personal en el área local, sorteando la marca de Clément Lenglet y definiendo junto al caño derecho del arco barcelonés (31m. PT).
Poco a poco, entonces, se fue desdibujando el trabajo de Barcelona ante el crecimiento del adversario parisino, que le provocó volver a mostrar el irregular funcionamiento en la presente temporada a la formación que capitanea ‘Leo’ Messi, uno de los pocos que se pudo salvar de la crítica en esta oportunidad.
Incluso hasta sufrió un golpe en la cara por un codazo accidental de Presnel Kimpembe (11m. ST), cuando procuraba ingresar al área adversaria con chances de definir.
Más tarde, un desborde de Alessandro Florenzi provocó un despeje corto de Gerard Piqué -regresó al equipo luego de 86 días por una distensión de ligamentos de la rodilla derecha-, lo que aprovechó Mbappé para mandar un ‘misil’ al arco local, desde el borde del área para marcar el segundo tanto de su cosecha personal y del PSG.
Así la historia del encuentro encontró el vuelco definitivo a favor del equipo parisino, mientras Barcelona sólo oponía algunos atisbos individuales, que no alcanzaron a disimular flaquezas defensivas alarmantes y un mediocampo casi inoperante, que facilitó la contundencia de un rival superior.
Ese adversario que, prácticamente, cerró el partido con un cabezazo de Kean, de sobrepique a la izquierda de Marc-André ter Stegen (24m, ST), tras un tiro libre de Paredes.
Aunque luego llegó la frutilla para decorar el postre: el golazo de Mbappé (40m. ST), con un remate cruzado desde el borde del área al ángulo izquierdo, para cerrar una noche muy feliz para los franceses y mucho más para el goleador que con su tercera conversión se apoderó de la pelota del cotejo.