Cuál era el estado cardiológico de Diego Maradona, si sus médicos debían conocerlo, si estaba bien o mal medicado, si la casa de Tigre era el lugar adecuado para una internación domiciliaria y si el equipo a cargo de su salud aumentó, por sus acciones u omisiones, los riesgos para el “10”, son algunos de los 24 puntos de pericia elaborados por los fiscales para la junta médica que deberá definir si hubo mala praxis.
En un documento incorporado anoche al expediente, el equipo coordinado por el fiscal general de San Isidro John Broyad, e integrado por sus adjuntos Patricio Ferrari y Cosme Iribarren, y por la fiscal de Benavídez, Laura Capra, le notificó a las partes los 24 puntos sobre los que el 8 de marzo comenzará a trabajar la junta médica que se realizara en la Superintendencia de Policía Científica de La Plata.
En los primeros seis puntos, los fiscales ponen el foco en la insuficiencia cardíaca crónica que las historias clínicas y la autopsia revelaron que padecía el exfutbolista.
Por ello, le piden a los especialistas que informen “el cuadro clínico y estado general de salud de Diego Armando Maradona con anterioridad a su fallecimiento”, pero que se pronuncien “en particular” sobre “la patología cardíaca que presentaba el paciente” y “su grado de complejidad”.
Los fiscales preguntan si de los elementos recopilados “surge la realización de los estudios y controles adecuados para verificar su condición y evolución cardiológica durante el período comprendido entre el 1° de octubre de 2020 y su fallecimiento”.
También consultan si en base a lo visto en la autopsia “el cuadro cardiológico observado requería suministrar al paciente alguna medicación específica para esa afección” y “si los fármacos suministrados al paciente antes de su fallecimiento (…) pudieron generar efectos adversos y/o contraindicaciones médicas de acuerdo al cuadro cardiológico”.
En otro punto, preguntan “si los psicofármacos suministrados al paciente conforme las historias clínicas recopiladas y el intercambio de mensajería instantánea entre el equipo de salud tratante, presentaban contraindicaciones con el consumo de alcohol etílico y, en su caso, se expliciten los efectos que causa la ingesta concomitante de estas sustancias”.
“En caso de haber sido conocida esa ingesta por el equipo de salud tratante, qué conducta debió haber adoptado de acuerdo a las buenas prácticas médicas”, interrogan los fiscales.
Sobre la neurocirugía a la que Maradona fue sometido en la clínica Olivos, los fiscales quieren saber tres cuestiones: si tenía criterio de “intervención quirúrgica urgente”, si el 11 de noviembre “el paciente se encontraba en condiciones psíquicas y físicas de ser externado” y si estaba “en condiciones de autovalidez y de ejercer el principio de autonomía al momento de disponerse su internación domiciliaria”.
Sobre la casa de Tigre donde fue trasladado Diego, los fiscales preguntan si “era adecuado en función de las normas y protocolos de organización y funcionamiento de un servicio de internación domiciliaria acorde a la normativa vigente”.
También le piden a la junta que defina “si las características del lugar, la ubicación de la vivienda dentro del barrio privado y la ausencia de elementos necesarios y equipamiento médico disponible ante una emergencia (desfibrilador, tubo de oxígeno y servicio de ambulancia 24 hs.), pudieron potencialmente incidir en el desenlace final”.
En relación al edema (acumulación de líquido) que según la autopsia fue junto a la cardiopatía el detonante del fallecimiento, los fiscales consultan si el cuadro de “hinchazón, ronquidos, fatiga y cambios en el timbre de voz -evidenciados cuanto menos a partir del 16 de noviembre de 2020-, debió haber generado alguna conducta o acción por parte del equipo de salud tratante” y si “era necesario el suministro de medicación diurética”.
A la hora de evaluar a los responsables de la salud de Maradona, al final del documento, los representantes del Ministerio Público le preguntan a la junta “si en base a las respuestas esgrimidas, las conductas de acción u omisión del equipo de salud a cargo aumentaron el riesgo permitido para la salud de Diego Armando Maradona”.
La dieta que tenía el excapitán de la selección argentina campeona del mundo en México 86, los controles de enfermería, la coordinación del equipo de salud y si fue adecuada la decisión de quitarle los acompañantes terapéuticos que tenía Diego, son otros puntos del peritaje.
Los siete profesionales de la salud imputados en la causa por un posible “homicidio culposo” son el neurocirujano Leopoldo Luque (39); la psiquiatra Agustina Cosachov (35); el psicólogo Carlos Daniel “Charly” Díaz (29); los enfermeros Dahiana Gisela Madrid (36) y Ricardo Omar Almirón (37); la médica coordinadora Nancy Forlini (52); y el coordinador de los enfermeros, Mariano Perroni (40).
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre donde transitaba una internación domiciliaria que está bajo investigación.
La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.