A meses del Mundial de Qatar, la Selección Argentina brilló, jugó y se divirtió ante el actual campeón europeo: Italia. En una final que quedará en el recuerdo de los más de 30 mil argentinos que colmaron el estadio de Wembley y de los otros tanto millones que lo vieron en vivo desde sus casas, la albiceleste superó con holgura a la Azzurra, ganó por 3 a 0 -aunque la diferencia pudo haber sido mayor- y se consagró campeón de la Finalissima.

De esta manera, los dirigidos por Lionel Scaloni se quedaron con el título que dirimía al mejor entre los campeones de América y Europa en medio de una constante que reflejaba que las selecciones europeas estaban un escalón por encima del resto. Lionel Messi, Ángel di María y Lautaro Martínez, entre otras figuras, dijeron lo contrario y celebraron un nuevo título con la selección mayor.

Durante el inicio del encuentro se vio al combinado nacional bien parado, resistiendo algunos aproximaciones del conjunto europeo que siempre encontraron bien posicionado a la saga central, Nicolás Otamenti y Cristian Romero, y a su arquero, Emiliano “El Dibu” Martínez. Con la pelota en sus pies, Rodrigo De Paul intentó hacerse el eje de la cancha y no dudaba en combinar con Messi y Di María, sus más grandes socios.

A ellos, se le sumó las proyecciones de Nicolás Tagliafico, quizás uno de los mejores partidos con la albiceleste puesta, y Nicolás Molina por las bandas. De hecho, el lateral del Ajax tuvo varios quites fundamentales que le permitieron a la Argentina salir de contra y agarrar mal parado a sus rivales. Fue en una de esas contras que Lautaro Martínez encontró el primer gol del partido que le permitió a la selección crecer en el juego y, en consecuencia, dominar a Italia.

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Luego de varias réplicas del elenco liderado por Roberto Mancini a través de individuales de Jorginho, quien encaró en más de una ocasión, la potencia de Emerson por las bandas, la aparición de Giacomo Raspadori, quien exigió al Dibu Martínez, la presencia de Federico Bernardeschi, el cual encontró bien parado al Cuti Romero y un cabezazo de Andrea Belotti que volvió a exigir al arquero del Aston Villa, La Pulga aprovechó un quite ejemplar de Lo Celso, se sacó de encima a Giovanni Di Lorenzo y se la entregó a Lautaro Martínez, quien de primera y debajo del arco puso el 1 a 0. A partir de ahí, la Argentina creció y la Azzurra se ahogó en sus limitaciones. 

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Fue así que la Argentina siguió intentando y antes de finalizar la primera etaa llegó el tan buscado 2 a 0. Una vez más gracias a una salida rápida de La Scaloneta, Messi se asoció con Lautaro Martínez, el ex Racing aguantó y habilitó a Di María con un pase milimétrico; y el ex jugador del PSG no perdonó: ante la salida del gigante Donnarumma, se la picó don delicadeza y clavó un verdadero golazo. Durante la segunda etapa, Italia ya no salió a jugar. Su presión no fue rival para el toqueteo argentino. Sin ir más lejos, el desconcierto italiano era tan notorio que un descuido entre Bonucci Donnarumma estuvo cerca de tocar el fondeo de la red.

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Di María se mantenía implacable e imparable por su banda. Lo propio hacía Messi, quien jugó un partido dignó de su renombre como el “mejor jugador del mundo”. Una triangulación entre ellos terminó con un remate desviado de Lo Celso y varios contragolpes comandados por Messi no terminaron en gol porque el arquero del PSG se mostró siempre atento. No fue hasta el ingreso de Paulo Dybala que la argentina no pudo anotar el tan esperado 3 a 0. Una vez más, el capitán argentino lideró una contra y cuando encargó, la defensa tana se la pellizco. Fue entonces que apareció el cordobés, quien además había iniciado la jugada, y remató cruzado para vencer a Donnarumma.

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Así fue como la Argentina superó a uno de los gigantes europeos -si bien no estará en Qatar, era el actual campeón de Europa- y sigue invicta a la espera de lo que pueda ocurrir con el partido postergado ante Brasil. Así, la Scaloneta entró en los libros de historia, llegó a 32 partidos sin perder (21 triunfos y 11 empates) y se mantiene con la mejor racha vigente a nivel mundial.  Además el ciclo de Lionel Scaloni superó la recordada marca que ostentaba la Selección del Basile: 31 encuentros oficiales entre el 19 de febrero de 1991 y el 8 de agosto de 1993, con los títulos de las Copas América 1991 y 1993.