La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA, por sus siglas en inglés) es el órgano rector del fútbol mundial y también es la entidad legisladora para todas las actividades futbolísticas. Pero muchos expertos y actores principales de este deporte sostienen que sus sanciones a la Federación Rusa de Fútbol (FUR) por el conflicto bélico que mantiene el país liderado por Vladimir Putin y Ucrania son desmedidas.
La razón radica en que la FIFA durante años ha intentado mantener a la política alejada del fútbol y de las federaciones que integran al organismo. Vale remarcar que el ente rector del fútbol mundial agrupa a más países en su asamblea general que las Naciones Unidas y puede llegar a considerarse un gobierno independiente: el único con autoridad sobre su propio planeta: fútbol. Teniendo esto en cuenta, el organismo presidido por el suizo Gianni Infantino tiene cero tolerancia cuando el gobierno de un país interviene en una Federación, ya que pretenden que la misma se gestione de forma independiente y alejada de la política de turno.
Sin ir más lejos, los estatutos de la FIFA obligan a sus miembros a gestionar sus asuntos de forma independiente y sin la influencia de terceras partes. De no cumplirse este aspecto, el organismo con sede en Zúrich le prohibirá a dicha selección participar de competiciones internacionales, como Eliminatorias o el Mundial, y formará un comité especial que organice elecciones en la Federación de Fútbol interferida por el Gobierno para que gestione ese deporte. Algo por el estilo ocurrió en 2016 en la AFA, cuando Armando Pérez fue elegido presidente de la Comisión de Regularización que tuvo por objetivo reorganizar institucionalmente a la Asociación del Fútbol Argentino.
De esta manera, uno de los principales principios de la FIFA es que los gobiernos no deben interferir con la gestión del fútbol y las 208 federaciones nacionales que integran el organismo están obligadas por el estatuto 13.1 de la organización a asegurarse “de que no se produzca ninguna injerencia por parte de terceros en sus asuntos internos”. La interferencia política puede traducirse en la suspensión del país culpable o incluso su exclusión del seno del ente rector.
Teniendo esto en cuenta, para muchos llama la atención que la FIFA sancione a la FUR por un conflicto gestado por los dirigentes políticos de Rusia y alejado estrictamente del fútbol. Sobre todo, teniendo en cuenta que este martes se terminó de concretar lo que ya se venía gestando desde hace días: La FIFA le dio por ganado a Polonia el duelo ante Rusia y la dejó sin posibilidades de acceder a la Copa del Mundo que se desarrollará este año en Qatar.
El organismo además aplazó el partido entre Escocia y Ucrania, válido por el repechaje para el Mundial, que estaba previsto para el 24 de marzo en el Hampden Park de Glasgow. Cabe recordar que semanas atrás, se le había prohibido a Rusia jugar hasta nuevo aviso sus partidos en campo neutral y a puertas cerradas, sin himno ni bandera, y únicamente bajo el escudo de su federación.
Luego, la FIFA y la UEFA habían realizado un comunicado conjunto para anunciar la suspensión total de todas las competiciones de los equipos rusos y del seleccionado de aquel país. “La FIFA y la UEFA han decidido hoy conjuntamente que todos los equipos rusos, ya sean equipos representativos nacionales o equipos de clubes, serán suspendidos de participar en las competiciones de la FIFA y la UEFA hasta nuevo aviso”, resaltaba el comunicado.
En ese sentido, Polonia había amenazado con no jugar el partido de las eliminatorias que debía disputarse en el Dynamo Central Stadium de Moscú el 24 de marzo. “¡No más palabras, es hora de actuar! Debido a la escalada de agresión de la Federación Rusa hacia Ucrania, la selección polaca no tiene intención de jugar el partido de repesca contra Rusia. Esta es la única decisión correcta”, dijo el presidente de la Federación Polaca de Fútbol, Cezary Kulesza, en Twitter.
Y sumó: “Estamos en conversaciones con las federaciones de Suecia y de la República Checa para presentar una posición común a la FIFA”. Incluyó a los otros dos países porque de ganar Rusia su encuentro ante Polonia, se enfrentaría en la final al ganador de Suecia-República Checa, en el partido decisivo por conseguir una de las tres plazas que quedan por decidir en Europa para el próximo Mundial de Qatar.
Al no poder convencerlas para que acepten jugar contra Rusia en campo neutral, bajo las condiciones ya expuestas, advirtieron que “la UEFA (confederación a la que pertenecen todas las selecciones afectadas) y otras organizaciones deportivas determinarán cualquier medida o sanción adicional, incluida una posible exclusión de Rusia de las competiciones, que se aplicará en un futuro próximo en caso de que la situación no mejore rápidamente”.
Horas después, la FIFA y la UEFA oficializó la suspensión de los equipos rusos y de todas sus selecciones hasta nuevo aviso. El jueves 10 de marzo, por caso, el Spartak de Moscú debía debía visitar al RB Leipzig por los octavos de final de la Europa League (la revancha estaba pautada para el 17 en la capital rusa). A partir del comunicado, quedó descalificado y el conjunto alemán accedió a la siguiente fase.
Lejos de quedarse con los brazos cruzados, la FUR presentó este mismo martes un recurso ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) contra la suspensión. En espera de que la jurisdicción deportiva tome una decisión, la FUR le pidió suspender la ejecución de estas decisiones y permitir al seleccionado ruso disputar a finales de marzo el repechaje europeo camino al Mundial de Qatar 2022, además de la participación de su equipo femenino en la Eurocopa a mitad de año en Inglaterra.
El comunicado indica que “la FUR cree que la FIFA y la UEFA no tenían una base legal al decidir eliminar a los equipos rusos” y con la expulsión violaron “los derechos fundamentales de la RFU” como miembro de ambos organismos, “incluido el derecho a participar en competiciones”. “La decisión de retirar a la selección nacional de la clasificación para el Mundial 2022 se adoptó bajo la presión de los rivales directos en los playoffs, lo que violó el principio del deporte y las reglas del juego limpio”, considera la federación rusa, lanzando un fuerte mensaje contra la posición de Polonia, República Checa y Suecia.
De esta manera, la Federación Rusa sostuvo que no se les otorgó “el derecho de proporcionar su posición, lo que violó el derecho fundamental a defenderse”. “Al tomar las decisiones, la FIFA y la UEFA no tuvieron en cuenta otras posibles opciones de acción”, como cambiar el estadio o jugar sin elementos alusivos a Rusia, “excepto la exclusión total de la participación en la competencia”. El TAS señaló que la FUR decidió presentar dos apelaciones, una en contra de la decisión de la Fifa y otro contra la Uefa, por su prohibición contra los clubes y el reciente anuncio de permitir que los jugadores extranjeros supendan sus contratos y puedan salir a cualquier otro club del mundo.
La primera se presentó contra la FIFA, la UEFA, la Asociación Polaca de Fútbol, la Federación Sueca de Fútbol, la Asociación Checa de Fútbol, la Asociación de Fútbol de Montenegro y la Federación de Malta Asociación de fútbol, equipos que se manifestaron en contra de disputar la llave de repechaje. La otra apelación incluyó a la federación de Francia, Portugal y España, entre otras. “La Oficina del Tribunal del TAS ha iniciado dos procedimientos de arbitraje separados y, de conformidad con el Código de Arbitraje relacionado con el Deporte (las reglas de arbitraje que rigen los procedimientos del TAS), buscará la responsabilidad de las partes demandadas con respecto a las solicitudes del FUR de suspender la ejecución de las decisiones y en cuanto a la organización y planificación de cada procedimiento arbitral”, indicó en su comunicado del organismo disciplinario.