Al anunciar que en junio próximo se irá de Manchester City después de 10 años, Sergio Agüero dijo que se siente “en plenitud” y en la continuidad de su carrera podría llegar a cumplir su sueño de compartir equipo con su gran amigo Lionel Messi, en Barcelona o bien en el París Saint Germain, que pretende a ambos a instancias del entrenador Mauricio Pocchetino.
La otra posibilidad es la de Juventus, de Italia, para ocupar un hueco difícil de llenar como el que dejaría Cristiano Ronaldo, cuyo nombre resuena en España para retornar a Real Madrid.
“Cuando se cierra un ciclo se tienen muchas sensaciones. Me quedo con la satisfacción y el orgullo de haber estado 10 temporadas en Manchester City, algo inusual en estas épocas para un jugador profesional”, expresó Agüero a modo de despedida adelantada a través de sus redes sociales.
“Fueron 10 años, desde que llegué en 2011, con logros importantísimos, entre ellos el de haberme convertido en el goleador histórico del club, pero sobre todo el haber forjado un vínculo indestructible con toda la gente de esta institución que llevaré siempre en el corazón”, manifestó.
El texto continuó recordando que al momento de arribar a Manchester desde Atlético de Madrid, donde también era muy querido, por lo que los aficionados de la entidad española se sintieron “traicionados” por esa partida, “el City estaba en una etapa de reconstrucción. Pero junto con la visión de sus propietarios y el aporte de distintos jugadores, logramos colocarlo en lo más alto, entre los clubes más importantes del mundo”.
“Por eso ahora es obligación de otros futbolistas mantenerlo en ese lugar de privilegio donde merece seguir estando. De mi parte seguiré dándolo todo en lo que queda de la temporada para ganar otros títulos y brindarle más alegrías a la gente”, advirtió.
“Después llegará una nueva etapa, con otros desafíos para los que me siento en plenitud y que encararé con la misma pasión y profesionalismo que entregué siempre, con el objetivo de continuar compitiendo en el más alto nivel”, anunció.
El ‘Kun’ dejó en el verano de 2011 el Atlético de Madrid para pasar a Manchester City a cambio de 40 millones de euros, y en esta década en el equipo “celeste” que dirige Josep Guardiola, quien no le viene dando muchos minutos después de una lesión que lo mantuvo bastante tiempo parado, ganó nada menos que 13 títulos, y actualmente es el actual líder de la Premier League y está muy bien aspectado en la Champions League.
En estos 10 años Agüero convirtió 257 goles en 384 partidos, siendo el más recordado aquel que determinó la conquista de la Premier League en su primera temporada, al anotar en el tiempo de descuento el tanto de la victoria por 3-2 ante el Queen’s Park Rangers, lo que le permitió celebrar un título al City después de 44 años.
El presidente del club, el empresario de los Emiratos Árabes Unidos, Khaldoon Al Mubarak, dio a conocer hoy que el club ya encargó una estatua del argentino de 32 años para que se coloque en las inmediaciones del Etihad Stadium, junto a las de otros contemporáneas figuras señeras de la entidad como David Silva y Vincent Kompany.
Y además, en declaraciones que reprodujo Dpa, Al Mubarak indicó que la institución también instalará un mosaico dedicado al ex-Independiente en la City Football Academy, propiedad formativa de la entidad.
“No se puede exagerar, pero la contribución de Sergio al Manchester City durante los últimos 10 años lo transformó en una leyenda que quedará grabada de forma indeleble en la memoria de todos los que aman al club y tal vez incluso de los que simplemente aman el fútbol”, afirmó Al Mubarak en la página web del Manchester City.
Agüero prometió que algún día podría volver a Independiente, que ese era su deseo, y el 2 de junio cumplirá 33 años, lo que podría ser un buen momento porque lo haría “en plenitud”, como él mismo dijo sentirse.
Pero quizá, y más allá del dinero, la posibilidad de jugar con su amigo Messi vistiendo ambos la misma camiseta, pero otra que no sea la del seleccionado argentino, lo lleve nuevamente muy lejos de Avellaneda. Para terminar con esa historia grande que en un ya muy lejano 2006 empezó a forjar en suelo europeo, cuando el Vicente Calderón del Atlético de Madrid estaba muy lejos de llamarse Wanda Metropolitano.