Lionel Messi pasó la revisión médica y visitó el estadio donde juega el París Saint Germain (PSG) -mientras se espera por la firma del contrato que lo unirá al club francés hasta 2023-, luego de una verdadera revolución en las calles de la capital gala, donde los fanáticos desean concretar el sueño de ganar la primera Liga de Campeones de su historia de la mano del rosarino.
El argentino apareció con una remera blanca con la leyenda “Ici c’est París” (Acá es París) y saludó tímidamente desde lejos a los hinchas presentes en la zona cercana al estadio Parque de Los Príncipes, que lo esperaron durante más de cinco horas, según transmitió la señal ESPN.
“Messi, Messi, Messi”, se sintió durante varios minutos tras observar la legada del auto a las instalaciones.
Sin embargo, rápidamente, en una caravana similar, lo metieron en una camioneta y se movió al lujoso hotel Royal Monceua, a metros de la avenida Champs Elyseés y del Arco del Triunfo, una de las zonas más importantes y costosas de París, antes de asentarse en una casa de la zona céntrica con Antonella y sus tres hijos, Mateo, Thiago y Ciro.
Messi pasó temprano los estudios médicos y posteriormente hizo un breve movimiento de la clínica al estadio y de ahí a su hogar momentáneo, siempre acompañado con su padre, Jorge, que temprano se enfrentó a la prensa catalana y apuntó contra los dirigentes de Barcelona.
El vínculo del exdelantero de Barcelona lo ligará a su nuevo club por dos temporadas y con la opción personal de extenderlo por una más en el caso que lo desee, y cobrará, según anticipó el diario francés L’Equipe, 35 millones de euros por año.
Además, habrá extras por objetivos cumplidos, lo que de mínima le garantizará 120 millones de euros netos.
Las primeras palabras, de manera oficial, se darán mañana a las 6 (hora de la Argentina) en una conferencia de prensa anunciada por el club en sus redes sociales. Se verá a través del canal oficial del club en YouTube.
La expectativa pasará por saber cuándo debutará y todo apunta a dentro de dos semanas, debido que lleva un mes sin actividad -su último partido fue con Brasil en la consagración de la Copa América.
El diario le Parisien especula con que el rosarino estará presente el sábado en el Parque de los Príncipes -se estima que el estadio estará colmado por 45.000 personas- cuando el PSG reciba al Racing de Estrasburgo por la segunda fecha de la Ligue 1.
Los medios franceses dan como probable el debut en la cuarta jornada contra Reims, de visitante, el domingo 29 de este mes.
El delantero pasó la revisión médica sin demasiados sobresaltos, tal como él explicó en la última conferencia “nunca” tuvo lesiones complicadas a lo largo de su maravillosa carrera y posteriormente se paseó por los pasillos del estadio.
Como en los últimos días, las calles parisinas se vieron verdaderamente alteradas por la llegada del argentino, en tiempos de coronavirus y con una cuarta ola golpeando de la mano de la variante Delta. Los simpatizantes del PSG se agolparon sin demasiado distanciamiento y con pocos barbijos en las puertas de las oficinas del club, donde una alfombra roja lo esperó desde la primera hora.
El primer contacto de Messi con su nuevo público se dio durante la mañana de la Argentina, cuando poco después de aterrizar en el aeropuerto Le Bourget (al norte de París) se asomó por una ventana para saludar a los hinchas del PSG con una gran sonrisa que contrastó las lágrimas del domingo al anunciar su salida de Barcelona, la casa de toda su vida junto con Rosario.
Las lágrimas quedaron detrás, esta vez Antonella no le alcanzó un pañuelo y sí advirtió que se vendrá “una nueva aventura” en una historia de Instagram desde el avión con destino francés.
Messi es la llave para abrir la puerta que conduzca a PSG de una vez por todas a la Liga de Campeones, lo mismo que hasta ahora no pudieron hacer Neymar, Ángel Di María, Kylian Mbappé, todos serán compañeros ahora, y tampoco en el pasado Zlatan Ibrahimovic. Además del astro llegaron para esta temporada el italiano Gianluigi Donnarumma para resguardar el arco y el español Sergio Ramos para darle un salto de calidad a la defensa tras varios años siendo rival en el clásico español entre Barcelona y Real Madrid.
El jeque qatarí Nasser Al-Khelaïfi, dueño de PSG, vio en Messi esa posibilidad y apenas se supo que no seguiría en Barcelona se movió rápido con una oferta importante y sobre todo con una contención necesaria para la mayor estrella de los últimos 15 años del fútbol mundial.
La presencia de sus amigos Neymar, Di María y Paredes pudo más que la chance de probarse las camisetas de Manchester United, Chelsea o Tottenham en una liga más competitiva, y el deseo de hacer historia nuevamente en una cancha inclinó la balanza.
Ya no lo esperarán casi 100 mil personas en el Camp Nou, donde dejó 34 títulos, entre ellos cuatro Champions cuando en las vitrinas solamente había una antes y 10 ligas de España que sumaron a las 16 previas.
Ahora cuando salga al Parque de Los Príncipes verá a 48 mil hinchas, los mismos que se mostraron enloquecidos desde las afueras y que ya comenzaron a demostrarle su amor, si es que se cumple el anuncio de los últimos días de que se jugará con aforo completo pero con el condicionamiento de tener el esquema completo de la vacunación contra el coronavirus para ingresar y verlo desde las tribunas.