Colón de Santa Fe se clasificó esta noche para la final de la Copa de la Liga Profesional en la que se enfrentará el próximo viernes a Racing, que a su vez dejó en el camino a Boca por penales, tras vencer a Independiente por 2 a 0 en el estadio Del Bicentenario, de San Juan.
Los santafesinos impusieron las reglas y con ellas mandaron tácticamente durante todo el partido, donde el “alumno”, Eduardo Domínguez, le dio una lección de juego colectivo a su “maestro”, Julio Falcioni.
Y todo empezó para el discípulo del entrenador, ambos con orígenes velezanos, en la recomposición que debió hacer en su línea de fondo, habitualmente de tres pero hoy, por imperio de las circunstancias, devenida de cuatro.
Es que las lesiones de los dos zagueros centrales, Paolo Goltz y Bruno Bianchi, obligaron a Domínguez a recurrir a la creatividad, y allí sacó a relucir los recursos de buen entrenador que es.
Lo primero que hizo fue colocar a un lateral izquierdo como Rafael Delgado (recibió la quinta tarjeta amarilla y eso podría suponer un inconveniente mayor de cara a la final), campeón sudamericano reciente con Defensa y Justicia, como central tirado por ese sector, para no tener que improvisar con un juvenil en un partido histórico para el “sabalero”.
Así, con Facundo Mura y Gonzalo Piovi hoy jugando de marcadores de punta y no de laterales subidos como cuando Colón lo hace con línea de 3 barra 5, el conjunto santafesino mantuvo la estabilidad defensiva y se fue haciendo fuerte con la posesión y la circulación rápida que alternadamente manejaba su medio campo.
Así, las aproximaciones al área de Independiente comenzaron a acumularse y se fueron sucediendo hasta que a los 20 minutos le llegó la oportunidad de un tiro penal que el “Pulga” Luis Rodríguez convirtió con su habitual sapiencia.
El golpe no fue asimilado inmediatamente por Independiente, que tardó un cuarto de hora en reaccionar, algo que insinuó recién en los 10 minutos finales de esa etapa más por empuje que por juego.
Algo de eso intentó hacer el “rojo” en el arranque del segundo período, pero poco a poco fue perdiendo energías y los “rojinegros” volvieron a confiar en el manejo de la pelota para tratar de retomar la conducción del partido.
Y cuando lo logró, después del cuarto de hora inicial, fue gestando otra vez fútbol cerca de la última línea de Independiente, hasta que a los 22 minutos nació otra buena acción por suma de pases desde los pies de la “Pulga” Rodríguez que el ingresado Santiago Pierotti terminó transformando en la segunda conquista de su equipo picándole la pelota por encima del cuerpo al arquero Sebastián Sosa con mucha calidad.
A partir de allí los santafesinos se dedicaron a defenderse de la mejor manera, con la pelota en su poder, desnudando la impotencia de Independiente a la hora que le toca atacar.
Y el final sorprendió a Colón jugando tranquilamente lejos de su arco y a Independiente del adversario, con un “sabalero” festejando con calma por anticipado su acceso a una final que puede darle un título inédito en el fútbol local, y al “rojo” frustrando otra vez la posibilidad de acceder a un título que se le niega hace 19 años en Argentina.