Dirigentes, socios e hinchas de San Lorenzo de Almagro pidieron hoy, durante una audiencia pública en la Legislatura porteña, por la sanción final de la ley que habilitará la construcción de un nuevo estadio en los terrenos de Boedo, donde estaba ubicado el Viejo Gasómetro y que les fueron sustraídos durante la última dictadura militar.
Miguel Mastrosimone, secretario general de San Lorenzo, aseguró que el club tiene “el derecho de volver a su casa, a su lugar, a su identidad, las que nos fue arrebatada por la más terrible dictadura. Venimos a cerrar el proceso que empezó con la ley de Restitución Histórica. Todo lo que logramos es un ejemplo de lucha, una historia de amor”.
“La propuesta se basa en una sinergia que genere avances para el barrio, por eso escuchamos a los vecinos y las vecinas. Entiendo que pueda generar molestias a los que no conocen el proyecto y vecinas, pero va a haber una inversión muy importante y si hicimos dos canchas, vamos a hacer tres”, afirmó el dirigente en alusión a la iniciativa de la entidad que está en debate parlamentario.
En rigor, el proyecto recibió una primera sanción en la Legislatura, en noviembre del 2020, pero requiere de una segunda aprobación, previo paso por una audiencia pública, dado que se encuadra dentro de las leyes “de doble lectura” ya que contempla cambios a las actuales normas urbanísticas del predio de Avenida La Plata a fin de permitir la construcción de la cancha.
Durante la audiencia, el titular del SAME y socio, Alberto Crescenti, respaldó la vuelta del estadio a Avenida La Plata al destacar que “no es una utopía que volvamos a casa” y agregó que “San Lorenzo, en Boedo, es más que un club, es todo un desarrollo”.
“Nací a cinco cuadras del Viejo Gasómetro. Disfruté y acepté los valores que me me dio del club: la vocación de trabajo y esfuerzo. Los colores azul y grana son la garra y la pasión. Lo que me llena de satisfacción es poder volver a Boedo, volver a mi infancia”, cerró, emocionado, su intervención.
Adolfo Resnik, socio e historiador del club, aseguró que “el Viejo Gasómetro fue un todo, no solo un mero estadio de fútbol, sino que debajo de los míticos tablones hubo una vida cultural y deportiva inmensa”.
“Venimos a defender este proyecto con nuestras convicciones. Creemos que en la justicia que necesita San Lorenzo para recuperar lo que nos quitó la noche oscura de la dictadura. La democracia debe saldar con nuestro club y la sociedad el daño causado”, sostuvo.
Fabio De Marco, asesor en temas urbanísticos del club, indicó que “no venimos a pedir nada que la ley no nos ampare, hacemos un proceso participativo novedoso y de reconstrucción de un espacio. Estamos convencidos que es bueno para San Lorenzo, para el barrio y para la Ciudad”.
Gustavo Di Lorenzo, socio, aseguró que “a San Lorenzo se lo despojó de su lugar histórico, se lo llevó al desarraigo, pero poco a poco estamos recuperando la sede y solo pedimos justicia para todas las generaciones hinchas, las que ya no están y, en especial, las que van a venir”.
Las manifestaciones se dieron en el primer día de las nueve jornadas de audiencia pública, bajo la modalidad virtual debido a la pandemia del coronavirus, por lo cual se transmitió a través del canal parlamentario en la plataforma YouTube.
De acuerdo al cronograma establecido, en esta primera fecha hablaron los dirigentes del club y los primeros 70 de los 1.247 inscriptos, mientras se espera que hagan uso de la palabra un promedio de 150 oradores para las restantes jornadas que serán el jueves 25 y viernes 26 de febrero; y el martes 2, miércoles 3, viernes 5, martes 9, lunes 15 y martes 16 de marzo, todas a partir de las 10.
“La Vuelta a Boedo”, impulsada por el club que ahora busca la rezonificación de los terrenos, arrancó en 2012 con la aprobación en la Legislatura de la ley de “Restitución Histórica”, que devolvió a San Lorenzo la titularidad del predio donde estuvo ubicado el Viejo Gasómetro, y que le fue expropiado en 1979 por el entonces intendente de la última dictadura militar Osvaldo Cacciatore.
El militar en un principio argumentó la medida en la necesidad de abrir una calle, pero luego, a inicio de los 80, cambió de idea al autorizar el funcionamiento del hipermercado en un predio donde estaba prohibido por ordenanza municipal.