Eduardo Domínguez abandonó este lunes su casa en Santa Fe y dejó la dirección técnica de Colón, según avizoran en cercanías del club santafesino, algo que por el momento no confirmaron oficialmente ni la propia institución presidida por Néstor Vignatti ni el representante del entrenador, Juan Luis Berros.
También Berros es representante de Marcelo Gallardo y en algún momento hasta sonó para reemplazarlo si el “Muñeco” se iba de River, algo que finalmente no ocurrió.
Sin embargo, en los últimos días el nombre de Domínguez sonó con fuerza en Internacional, de Porto Alegre, para reemplazar al uruguayo Diego Aguirre. La entidad brasileña prefiere a directores técnicos nacidos o que hayan dirigido en ese país, y el ex entrenador de Huracán ya lo hizo en Nacional.
El otro candidato que buscan desde la directiva del club “gaúcho” es justamente un uruguayo, Alexander Medina, que todavía no resolvió su continuidad en Talleres, de Córdoba.
Medina como Domínguez tenían (tienen) la posibilidad de dirigir a sus respectivos equipos en la próxima Copa Libertadores, algo que no ocurriría con Inter.
Por eso resultó llamativo que simultáneamente con la explosión de la noticia de que Domínguez dejaba Colón surgió otra, y fue la suspensión de la reunión que iban a mantener el presidente del Consejo de Fútbol de Boca, Juan Román Riquelme, con Sebastián Battaglia, para tratar el futuro del entrenador.
Los vínculos de Domínguez con Riquelme son muy estrechos ya que éste considera a Carlos Bianchi como un “segundo padre” y justamente el aparentemente ya ex técnico de Colón es el yerno del “Virrey”. Quizá, entonces, como el tero, el entrenador nacido hace 43 años en Lanús pegue el grito cerca de River y termine poniendo su futuro en Boca.