Países Bajos le ganó a Estados Unidos por 3 a 1 en el estadio Internacional Khalifa, por los octavos del Mundial de Qatar, y ahora esperará en los cuartos de final al vencedor de Argentina y Australia.
Los goles de Memphis Depay (10m.), Daley Blind (45m.) y Denzel Dumfries (36m. ST) le dieron la ventaja a los neerlandeses frente a un inocente rival, Estados Unidos, que será uno de los tres organizadores de la Copa del Mundo 2026 (con México y Canadá).
El descuento norteamericano lo marcó Haji Wright (31m. ST).
La principal diferencia entre los equipos estuvo en la efectividad con correlación a la generación futbolística. Países Bajos tuvo pocas pero convirtió, mientras Estados Unidos tuvo control de pelota, más intentos al arco y menor contundencia.
Estados Unidos salió de entrada a “comerse” el partido, con muchos jugadores en ataque, rotaciones constantes en las posiciones y una sensación constante de dominio asfixiante para las últimas líneas de Países Bajos.
Tan sólo unos minutos tardó el conjunto estadounidense en poner de cara al gol a su figura, Christian Pulisic, que cada fin de semana es protagonista con Chelsea de Inglaterra, pero una reacción rápida del arquero neerlandés Andries Noppert evitó el 1 a 0 tempranero con una atajada al estilo handball, con piernas y brazos abiertos y su presencia de 2.03 metros en el achique.
El equipo de Louis van Gaal no negoció su origen, cuidó la pelota, y así nació el primero de Memphis Depay, en una jugada que comenzó en los pies de Frenkie de Jong en el área chica propia, ensanchó la cancha y se puso en ventaja cuando todo era desfavorable.
A partir del nuevo escenario, Estados Unidos modificó la forma de buscar el gol -dejó atrás la verticalidad-, los espacios del inicio desaparecieron, los últimos 20 metros se volvieron una zona pantanosa como sucedió en la fase de grupos y le costó armar sociedades, al tiempo que Países Bajos esperó con paciencia para la velocidad de sus delanteros.
La juventud e inocencia de una selección como Estados Unidos, la segunda más baja en promedio de edad del Mundial (25 años y 2 meses), se notaron sobre todo en algunas fallas en defensa cuando salieron con pelota dominada. Es que sus defensores carecen de talento para meter pelotas entre líneas y al verse presionados cometieron errores que le generaron problemas en su propio arco.
Con la misma fórmula, Países Bajos volvió a marcar: subida de Denzel Dumfries, centro atrás y aparición de Daley Blind para empujarla y darle tranquilidad del 2 a 0 al final del primer tiempo.
El equipo europeo le quitó ritmo a las transiciones y con las variantes de Teun Koopmeiners y Steven Bergwijn en el entretiempo también le sacó ese monopolio de la pelota a los estadounidenses.
La decisión fue clara: no salir a defender la ventaja de manera pasiva y sí realizarlo desde una forma activa, con la pelota y alejándolos a los puntas estadounidenses de la zona de peligro.
El desarrollo del segundo tiempo se mantuvo durante varios minutos bajo las reglas neerlandesas, sin demasiado sufrimiento, algo clave para la poca recuperación entre los partidos.
Sin embargo, una falla de Memphis Depay en la salida le dio una chance inmejorable a Estados Unidos, que estaba dormido, y llegó el descuento tras una carambola en los pies del ingresado Haji Wright.
Poco le duró la esperanza a los últimos representantes de la Concacaf, ya que Denzel Dumfries, la figura de la cancha, liquidó todo enseguida.
Países Bajos sigue en carrera, con la misión de romper el maleficio histórico de no ser campeón mundial, a pesar de las finales jugadas en 1974, 1978 y 2010.